Introducción al diccionario
Algunos días la maraña de información ha conseguido bloquearme. Entender una frase, solo una, ha constituido todo un reto.
Al principio pensaba que se debía a mi falta de atención. Mi canción favorita sonando al fondo, la noticia espeluznante de turno, o el golpeteo nervioso del rabo de mi mascota contra el marco de la puerta, revoloteando a mi alrededor, colapsando cualquier intento de teclear algo coherente, pero no…Sencillamente escribían en otro idioma.
«La gestión del traking de los párrafos o el uso de la justificación vertical de la caja…»
¿De qué hablamos?, ¿música? ¿Economía? ¿Marketing?
Eso me obligó a consultar decenas de páginas para poder encajar cada significado y comprender por fin lo que leía. Nada mejor que un diccionario en línea para ayudar a esta principiante en las lides de la edición. Simplificar el arduo camino con una relación de conceptos que son básicos para escribir, editar y cumplir con las normas.
Este pequeño diccionario incluye conceptos y dudas con los que me he topado desde que tomé la decisión de no depender de ninguna editorial. Evidentemente no soy profesional en la materia. Solo intento aclarar su significado, y de paso, mantener una base de datos actualizada que me facilite el trabajo a medida que avanzo en mis proyectos. Por desgracia pierdo las notas entre tanto cuaderno…
En estos meses he convivido con la contradicción de leer con tranquilidad el libro entre manos ( en este momento La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón por segunda vez), y saltar entre líneas en busca de la respuesta que desatascara el proyecto de turno. Me disculpo de antemano si no es suficiente, pero cualquier lección aprendida precisa de varias lecturas y con el tiempo, con un solo vistazo somos capaces de refrescar la información sin necesidad de detenernos en los detalles.
Internet es un basto universo, generoso, lleno de personas que ofrecen en muchos casos su experiencia y conocimientos a cambio de muy poco. Hoy en día, quién no aprende es porque no quiere. Hay tutoriales y manuales que cubren las necesidades más básicas, y también los hay que me recuerdan que solo soy una modesta aprendiz a la que le queda mucho por aprender.
«A los ignorantes les aventajan los que leen libros. A estos, los que retienen lo leído. A estos, los que comprenden lo leído. A estos, los que se ponen manos a la obra».
