En Nápoles existe la costumbre de mandar traer un café y pagar más de lo que se consumió. Por ejemplo, cuatro personas entran, se sientan, piden cuatro cafés y dicen: “ Y tres más en suspenso”. Pasado un rato, aparece un pobre en la puerta y pregunta: “ ¿ Hay algún café en suspenso?”.
El empleado mira el registro de los adelantados, verificando el saldo y dice: “Sí”. El pobre entra, bebe el café y se va, supongo que agradeciendo la caridad.