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A si mismo

 

Atrevido y soberbio pensamiento,
Que, en las alas que Dédalo te viste
El vuelo remontando, pretendiste
Los senos penetrar del firmamento,
Deja la gran labor, el gran tormento,
Explorador de cuanto ignoto existe;
Del empeño sacrílego desiste,
Y busca ocio feliz, plácido asiento.
Mira el rústico techo, el bosque umbrío,
Contempla las pintadas mariposas
Que vuelan dulcemente a par del río.
Por campos y riberas deleitosas
Descansa un poco, pensamiento mío;
Vuelve al amor de las pequeñas cosas.

Mar Martínez

@marprojo

Descansa un poco, pensamiento mío;
Vuelve al amor de las pequeñas cosas.

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