Cuentos
Fulano, Zutano, Mengano y Perengano
1808. Bajo estos nombres se esconden cuatro renombrados escritores que recopilan de una manera ingeniosa chascarrillos y anécdotas populares de Andalucía. Tomados de la boca del vulgo, se pueden reprobar en la forma pero no en el fondo, pues el fondo es suyo.
«Hay, por ultimo, cuentos de otra clase, que son los que nosotros nos hemos decidido a reunir, y cuyo principal carácter distintivo es el de ser cómicos, jocosos o chuscos. No hay nación que no posea rico caudal de tales cuentos, inspirados por el buen humor, o sea por lo que llaman los ingleses humour poniendo de moda la palabra, así en las naciones donde la han importado, como en aquellas en cuyo idioma la palabra existía ya, casi con la misma significación y sentido. En castellano, sin duda, no hemos tenido que dar a la palabra humor el sentido que humour tiene en ingles.
Creemos que desde antiguo, aun sin llevar el calificativo de bueno y humor equivalía entre nosotros a humour entre los
ingleses. Hombre de humor, era como decir hombre gracioso, chistoso, agudo y alegre. Los vocablos que nos faltaban
eran los derivados de humor, que se han introducido recientemente en nuestra lengua. Son estos vocablos humorismo y humorístico, a.
(Introducción).
Se acercaba el día de San Isidro, multitud de gente rustica había acudido a Madrid desde las pequeñas poblaciones y aldeas de ambas Castillas, y aun provincias lejanas.
No nos atrevemos a asegurarlo, pero nos parece y queremos suponer que el tío Cándido fue natural y vecino de la ciudad de Carmona. Tal vez el cura que le bautizo no le dio el nombre de Cándido en la pila, sino que después todos cuantos le conocían y trataban le llamaron Cándido porque lo era en extremo. En todos los cuatro reinos de Andalucía no era posible hallar sujeto mas inocente y sencillote.
Se fue a confesar un gitano ya de edad provecta y muy preciado de discreto.
El Padre le pregunto si sabia la doctrina cristiana.