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Lo que enseñan los cursos...

Recuerdo con nostalgia aquél día en una multinacional en la que trabajé hace demasiado tiempo; otra distinta a la que absorbió literalmente mi energía y mi tiempo como un dementor por devoción pura y dura durante el resto del que me quedaba ; me refiero a una en la que después de sentarme en una silla incómoda y fría intentó secuestrar mis principios durante más de cuatro horas machacando una frase:

“ El cliente siempre tiene la razón”.

Obvio los detalles para no aburrir con la sarta de argumentos de rechazo y objeciones que rezumaba cada uno de los poros de mi piel dada mi experiencia telefónica hasta la fecha, pero cuando salí de aquella sala abducida por los centenares de transparencias y frases sanadoras, yo era ya un miembro de la secta.

Hace muy poco tuve que desempolvar la técnica para aplicármela en electro shock. Por suerte me avalaban los conocimientos, así que resultó relativamente fácil.
La maldad gratuita existe, porque sí. Sin más.

La magia existe, y también los dementores; entendiendo el ser, no el sexo. A esas pequeñas dementoras que pululan por mi cielo quiero recordarles algo:

Cuando decidí sentarme en la alfombra y arriesgarme al frío, al vértigo y a la soledad para alejarme de sus fantasmas con sábana, no esperaba que atravesaran los límites del castillo.
Tengo por costumbre dar oportunidades, de hecho creo que demasiadas, y puede que por eso hayan confundido mi educación con simpleza, y mi prudencia con torpeza o cobardía. Mi sinceridad de antaño, fruto de la rabia y el exceso de confianza, ahora es el arma arrojadiza con la que moldean la realidad al antojo de su negro corazón.

Nada mejor que este texto del escritor Julio Cortázar para ejemplarizar lo sencillo que es transformar la realidad al gusto del interés. “La coma , esa puerta giratoria del pensamiento”.

Lea y analice la siguiente frase:

“Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda”.
¿Dónde pondría la coma?

Si usted es mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra mujer.

Si usted es varón, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra tiene.

Sencillo, ¿no?

Cambié la varita por el lápiz, y ellas su escoba por el mundo  digital. 
Entre las nuevas enfermedades con este origen:

La inhibición de la melatonina, el “ text neck”, “ el grado de inclinación del tronco”, el pulgar “Candy crush” o la “mano de ipad”, ahora hay que sumar el FOMO ( FEAR OF MISSING OUT); La necesidad de estar continuamente conectado para ver lo que otros están haciendo.

Los que no me eligen no me tienen en contra, pero para los que sobrevuelan mi espacio lanzando conjuros, les recuerdo que nunca volarán en mi alfombra, ni por más que froten la lampara saldré a su llamada. 
Por más porrazos que den con la varita solo conseguirán una nueva lesión que, eso sí, podrán patentar como “suya”.

Las provocaciones me aburren, y no tengo tiempo para matar moscas con el rabo. Hace mucho y no tanto , estuvieron a punto de sobrevolar sobre mí. Espero que comprendan que nos movemos  en  dimensiones  distintas. En mi mundo no  levanto muros, ni escondo las migas. Yo no me disfrazo de abuelita, ni he vestido vuestro  interior de patito feo. Yo no ofrezco la manzana envenenada. Yo soy yo, y con mis errores, mareada y perdida, le digo a mi alfombra “vuela” para no pisar ese camino que habéis retorcido y ensuciado. Ese camino que no podéis andar porque lo sobrevoláis con vuestra Nimbus 2021.

Solo espero que nunca se haga realidad la pesadilla de Dorian Gray, porque aunque yo solo recuerdo un narcisismo que rozaba la ternura, con los años ha corrompido los sentimientos y ha pintado demasiados cuadros con un mismo tema; inspirado, eso sí,  por las mismas que ensombrecen mi horizonte  como el Vuelo de brujas de Goya
Han embarrado el camino, han escondido minas, han teñido de vulgaridad un viaje mágico; han intentado quemar en la hoguera el fuego del Olimpo…

Y conste que digo HAN INTENTADO

No puedo perder mi tiempo. Espero que aprecien el detalle del que he malgastado hoy.
El curso de la multinacional de reprografía  mereció la pena.



Mar Martínez

@marprojo

Una reflexión sin más…

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