Me basta con tu abrazo
Y es que ahora con tu abrazo me conformo. Me tiembla el pensamiento con solo sentir el lazo de tus brazos rodeando lo que intuyo.
Porque lo sabes y lo sé, y con eso me basta; con el abrazo tibio de tu mirada; con el abrazo tierno de tus palabras; con la calma de la caricia sobre el lomo de un instinto animal asustado y contenido.
Y es que ahora me basta tu abrazo. Es el antídoto contra el miedo, el nido donde me alimento, la marea que se mueve al compás del viento sobre mi espalda; la cama en donde me reclino y me acuesto.
Aprieta la soga amor, estrangula las dudas, y háblame desde el silencio. Qué yo sé lo que sientes, porque he aprendido a oler el miedo. El mismo con el que convivo desde que sé que nuestra historia tiene punto y final. Desde que sé que todo termina y que nada es eterno.
Acuden a mi cabeza mil ideas revueltas, mil preguntas y mil ruegos. Necesito que me recuerdes, que te acuerdes del roce de los dedos, de los silencios en los que nos balanceábamos siendo uno sin tener que llegar a tocarnos el cuerpo.
Soy egoísta, lo sé. No quiero que el olvido te borre el recuerdo. Como dijo alguien alguna vez, quiero ser tu peor pesadilla, quiero que tus pensamientos acudan a mí a pesar del tiempo, quiero que no me olvides, y que todos tus acrósticos escondan Mi nombre. Quiero ser la mujer que te hizo vibrar y a la que nunca podrás olvidar. Quiero ser para siempre el centro de los brazos y de tu universo.
Y es que ahora me conformo con saber que existes y que estás ahí. Y es que ahora me declaro adicta a tu cuerpo y a tu olor. En tus brazos siento que estoy en paz, porque en ellos no cabe más de una persona a la vez. En tu tierra y en tu cielo no hay más espacio que el mar, el único que habita en tu piel.
Y es que abrí tantas veces los brazos para acortar la distancia; para ganar, como dice Paulo Coelho, el tiempo que necesitaba…
Tantas veces los levanté con el pañuelo en la mano ,agitándolo en medio de la tempestad, para poder fundirnos en ese abrazo de amor, de paz, de perdón, de pasión, de silencio porque todo sobraba…, que ya, nada importa, ¿verdad? Solo importa el abrazo que sentí. Solo importa recordarte desde el amor que sentí y que todavía siento.