Perseguida en el aire cristalino...
Perseguida en el aire cristalino,
huye el ave del bosque a la espesura;
desciende al fondo de la mar oscura
el pez, que siente arriba el torbellino.
Hunde en la carne su aguijón más fino
la víbora pisada en la llanura
y, al golpe vertical de la herradura,
lanzan chispas las piedras del camino.
Todo en la noble Creación se arredra
ante el peligro, o se alza ante el verdugo…
¡para eso tiene dignidad la piedra!
¿Quién esta norma de la vida pierde?
¡Tan solo el pueblo acostumbrado al yugo
besa las plantas que la sierpe muerde!