Te felicito
Últimamente hasta los telediarios “serios” se han hecho eco de la noticia que ha conmovido el mundo de la música. Más que a la música y a la industria que mueve, a la cantante. Shakira y la infidelidad ha copado la atención de los medios y de cualquier persona que se ha visto reflejada en su sufrimiento.
Por lo que representa, unos cuernos a la vieja usanza (de los de toda la vida), ha movilizado incluso al país, Colombia, para nombrar a Piqué y su “piquetón” persona non grata. Tal ha sido su repercusión.
Aunque estoy de acuerdo con la importancia de las formas, si reflexionamos , estoy segura que todos conocemos en nuestro entorno más cercano a alguien que es corneador o cornudo. Algunos y algunas han entrado al trapo en tantas ocasiones, que como los toros resabiados, miran el capote con el mismo interés con el que miran “El Tiempo” en el Telediario. Y es que fidelidad y lealtad no son la misma cosa, y creo que todos pensamos que son conceptos sobre valorados, hasta que nos toca de cerca…, porque a cada uno nos duele lo que nos duele.
Cuando veo las imágenes que destripan su vida, su casa, la custodia de los hijos, los semblantes apagados y desencajados me pregunto: a donde han ido a parar todos esos sentimientos, ese deseo, esa conexión; a donde ha ido aquello que un día fue todo, las noches de pasión. ¿ Y el olvido? ¿Dónde se refugia ahora lo que resiste?, porque normalmente, el amor muere a destiempo, y el mas damnificado es el que mas lucha. «Ese sí… pero no» , que al principio forma parte del juego de la atracción , ahora dispara fuera de su alcance , como en un tirachinas, las miradas, las sonrisas cómplices, los abrazos…
Aún recuerdo a Shakira bailando el Waka Waka en el Mundial de Sudáfrica del 2010, rodeada de futbolistas del Barcelona. Un Gerard nervioso y ardiente danza con la mirada y los brazos alrededor de la cintura de Shakira. No puede apartar los ojos de las caderas, sonríe y le dice completamente desarmado, “para ya…para ya…”. ¿ A donde ha ido a parar aquello? La química, la magia…
Cada uno es como es, y la vida les ha venido así. Gerard no puede evitar sentir por otras caderas. C.M. tampoco puede evitarlo, y Shakira, rota de dolor, no puede ni quiere resignarse. Todo se tambalea a su alrededor. Todo se mide y se cuestiona.
Hoy, día de la música, nada mejor que recordar “Te felicito”, porque la música es vida, es sanación, es compañía y sentimiento; es desahogo y pasión. Es todo lo que nos rodea: celos, amor, odio, fiesta, muerte, llanto, venganza, risa, pasión…
Si había alguna manera de gritarle al mundo su pena y su tristeza, nada mejor que con una canción. Además de su mejor venganza, también le dedicó otras que hablaron de su amor.
Con su música ha cantado su vida, y ahora le toca cantar lo que siente, lo que toca; la canción del dolor.
Seguro que todos pensamos en alguien a quien dedicársela. Seguro que todos tenemos a alguien a quien felicitar este día, por la música o por el silencio. Por lo que fue o por lo que es. Por lo que se intuye o por lo que se ve. Por lo que te regaló o por lo que te robó.
Seguro que todos tenemos una canción que nos parte el alma , que acude de repente y tarareamos. Esa es mi canción, sea la que sea; la que baila Shakira con las caderas, la que incita los brazos de Piqué al ritmo de su cintura, la que despierta el sentimiento que vive en ese lugar olvidado de la memoria. Porque aunque sea el día de la música, sin alguien a quién felicitar solo es ritmo, melodía y armonía. Sin el compás de tus manos, unos acordes sin letra que no me dicen nada.
Feliz día de la música.